Caso #3 – Una Sonrisa, Una Nueva Vida

Rubén Villarreal

Desde Alpujarra, Tolima, hasta Bogotá, una historia de lucha, dignidad y transformación a través de la solidaridad.


Raíces humildes y una pasión por servir

Rubén Elías Villarreal nació en el pequeño municipio de Alpujarra, Tolima, dentro de una familia humilde. Su madre, reconocida como una de las mejores cocineras del pueblo, preparaba platos típicos como tamales y lechona para la comunidad y la alcaldía. Rubén aprendió ese oficio y desarrolló un amor profundo por la gastronomía típica colombiana. Desde joven, estuvo rodeado de vecinos, docentes y funcionarios públicos. Esa vida comunitaria forjó su carácter y su vocación de servicio.

La pérdida de una sonrisa, el inicio del silencio

Con el paso del tiempo, Rubén comenzó a perder sus dientes. Durante más de 15 años sufrió la caída progresiva de su dentadura. El uso constante de tapabocas, incluso antes de la pandemia, era una forma de esconder su tristeza. Aunque seguía cocinando, dejó de atender al público por vergüenza.

Intentó buscar ayuda en varias instituciones, pero sus ingresos, producto de un trabajo empírico, no eran suficientes para costear un tratamiento odontológico completo.

Un encuentro que cambió su historia

Gracias a la recomendación de un amigo, Rubén conoció la Fundación Sonrisas de Plástico. Allí fue escuchado, valorado y aceptado dentro del programa de rehabilitación oral, donde su caso fue liderado por el Doctor Ramiro Naranjo, a quien considera una eminencia.

Además de recibir atención dental de calidad, Rubén se comprometió a colaborar con el componente ambiental de la fundación, recolectando botellas plásticas, latas y tapas metálicas. Recibió el apoyo de establecimientos y amigos para poder acudir a tiempo y asistir a todas sus citas.

Hoy Rubén vuelve a sonreír… y a servir con alegría

Gracias al tratamiento recibido, Rubén no solo recuperó su sonrisa, sino también la confianza, la esperanza y la posibilidad de volver a atender a sus clientes con dignidad y alegría.

“Siento que mi vida cambiará un 100%. Me encanta trabajar con la gente, y volver a sonreír me devuelve esa parte de mí que había perdido.”

Un mensaje para quienes aún están buscando esperanza

La historia de Rubén es testimonio de que nunca es tarde para recuperar la dignidad y la confianza. Gracias al poder de la solidaridad, el reciclaje y el compromiso social, hoy su vida tiene un nuevo rumbo.


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